Nuestro cerebro pasa la mayor parte del día manejando el flujo constante de información que recibe de todas partes. Es “normal” que estemos ocupados, que tengamos agendas apretadas, jornadas maratónicas, que cada día estemos corriendo de un lado a otro y que nunca estemos desconectados.
“Las personas se tratan como si fueran máquinas” dice Matthew Edlund, M.D, autor del libro Descanso activo: porque solo dormir no es suficiente, “constantemente están sobrecargándose, trabajando excesivamente y excediéndose”
La causa de esto reside en que hoy se está dando muy poco valor al descanso, las personas tienen cada vez menos periodos de inactividad y eso lo demuestra un estudio hecho en Estados Unidos por el Bureau of Labor Statistics, en el que el 83% de los encuestados dice que no invierten tiempo para relajarse o descansar durante el día. Además, estar ocupado se ha convertido en una manera de lograr distinción social, algo de lo que las personas se enorgullecen. Se acepta que estar ocupados, cansados y con fatiga es un estilo de vida y cada vez más personas sienten culpa y ansiedad cuando no están trabajando.
Sin embargo, dedicar más tiempo al trabajo o estar ocupados todo el tiempo, no necesariamente se convierte en mayor productividad o en mayor bienestar. El resultado final de esta sobrecarga es que terminamos completando menos cosas de las que esperábamos, olvidando más cosas y cometiendo más errores.
Tim Kreider, escritor y ensayista de The New York Times escribe: “la inactividad no es sólo una ociosidad, un capricho o un vicio; es tan indispensable para el cerebro como lo es la vitamina D para el organismo y privados de ella sufrimos una aflicción mental”
Según Tim, el espacio y la tranquilidad generados por el descanso “son una condición necesaria para tomar perspectiva y ver la vida en su conjunto, para crear conexiones inesperadas y esperar los rayos desatados de inspiración; paradójicamente, son algo necesario para realizar cualquier trabajo”.
Cómo funciona nuestro cerebro?
Si queremos que nuestro cerebro trabaje bien, es importante conocer cómo funciona, no es una máquina, es un órgano vivo y flexible, que está diseñado para tener periodos regulares de descanso. Si no tiene la oportunidad de restaurarse, nuestro estado de ánimo, desempeño y salud, se verán afectados; pues la memoria, la capacidad para tomar decisiones y la creatividad dependen del descanso que hayamos tenido.
El cerebro tiene dos modos de procesar la información: uno enfocado, orientando a la acción, que permite procesar información, concentrarse en una tarea. Y otro difuso, cuando la mente divaga y no está activa en el mundo exterior, cuando estamos relajados, caminando o soñando despiertos. Estos momentos de inactividad son indispensables para revitalizar el cerebro, hacer conexiones y tener ideas creativas; no es una coincidencia que tengamos nuevas ideas cuando estamos caminando o en la ducha, son el resultado de dar un paso atrás para ver las cosas de una manera diferente.
La capacidad para asociar ideas e inventar se activan cuando logramos tener tranquilidad en la contemplación y la divagación. Lo interesante de todo esto, es que cuando nuestro cerebro está en este modo no deja de trabajar, hay muchos procesos mentales que requieren de esos periodos de inactividad y que nos permiten: comprender quienes somos, tener una mente más aguda, fomentar la productividad y la creatividad, procesar lo que se ha aprendido, planear para el futuro y resolver problemas complejos.
Tu cerebro necesita descanso!
Primero empieza por cambiar la idea que tienes sobre el descanso, la quietud y los periodos de inactividad, estos no son una pérdida de tiempo. De hecho aclarar tu mente y desconectarse durante el día trae muchos beneficios!
Tony Scharwz, CEO de The Energy Project, una consultora con sede en Nueva York que ayuda a personas y organizaciones a trabajar de forma más enérgica, productiva, enfocada y comprometida, recomienda a las personas estas prácticas:
- Meditar: disminuye el estrés, mejora la salud y el bienestar y aumenta la creatividad. Se han visto cambios en el cerebro en personas que han meditado por 10 a 20 minutos durante dos semanas.
- Hacer las tareas más retadoras al inicio del día para darles toda la atención.
- Tomar pequeños descansos durante el día y si es posible hacer siesta, se ha demostrado que las siestas mejoran el desempeño y aumentan la concentración.
- Tener de 7 a 8 horas de sueño.
Otras ideas:
- Caminar
- Pasar más tiempo en la naturaleza: mejora tu estado de ánimo, incrementa la vitamina D (a través de los rayos de sol) , los entornos naturales proveen información que el cerebro usa para tomar mejores decisiones.
- Menos redes sociales: son causantes de ansiedad y estrés. Nota cuánto tiempo le estás dedicando al día, cómo te hacen sentir y define límites.
Hay muchas maneras para que encuentres cada día un tiempo para revitalizarte, salir de la rutina normal, ver la vida de una manera diferente!
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